¿Qué ver en China, Uzbekistan y Kirguistan?

Qué hacer y ver en un viaje a China, Uzbekistan y Kirguistan

• Imprescindible en un primer viaje a China visitar La Gran Muralla China. Ésta es, sin duda, uno de los mayores atractivos turísticos del país y sólo se justificaría dejarla fuera en un primer viaje a China si se tuviera poco tiempo o se concentrara el viaje en las regiones más al sur del país. Declarada como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, existen varias secciones abiertas al público y, de hecho, es recomendable realizar la visita de forma privada para evitar las multitudes en los accesos más famosos. 

• Sin duda, uno de los mayores atractivos de Kirguistán son sus asombrosos paisajes, dignos de cualquier escena de ciencia ficción que nos lleve a pensar que son, simplemente, producto de la imaginación. Y es que el territorio kirguís ofrece una amalgama de parajes difícil de encontrar en otro lugar, donde las extensas mesetas y estepas se trasforman en bosques de abetos gigantes, con montañas que parecen tocar el cielo y lagos inmersos en valles en los que la naturaleza se palpa a cada segundo. La cámara de fotos será imprescindible.

• De la capital, Pekín, hay dos lugares que no pueden dejar de visitarse en cualquier viaje a China: la Ciudad Prohibida y la Plaza de Tian'anmen. Estos son testigos de la rica historia del país, así como otros no menos importantes como son el Templo del Cielo, el mercado de Donghuamen o el precioso Palacio de Verano. 

• Alejándonos de la más mundanal Biskek, merece la pena adentrarse por las regiones del interior, donde existen pocas huellas de civilización y en donde un animal-transporte prevalece por encima de todos los demás: el caballo. En los verdes valles de las montañas es muy común observar abundantes manadas de caballos corriendo, y es que a decir verdad, se trata del animal más emblemático y popular del país. De hecho, se dice que todo kirguís ha nacido en un caballo y que no hay mejor forma de recorrer Kirguistán que a los lomos de este équido.

• Asimismo, uno de los más bellos rincones que ver en Kirguistán es el que domina el lago Issyk-Kul, situado al norte de las montañas Tien-Shan, que sirven de frontera entre este país y China. Los omnipresentes picos nevados se convierten aquí en telón de fondo para un paraje en el que el Issyk-Kul, que está situado a unos 1.600 metros de altitud, constituye el lago más grande del mundo después del Titicaca. Tradicionalmente los kirguises lo llamaban (y lo siguen haciendo) "mar caliente que nunca se congela", a diferencia de otros lagos de la región. Bajo sus aguas, una expedición halló en 2007 restos de una ciudad que podría tener 2.500 años de antigüedad. Por otra parte, algunas zonas del lago se convierten en playas improvisadas en verano.

• No es común incluir en un viaje a China la región del Tíbet, a menos que se desee concentrar aquí la mayor parte de la duración del viaje. Recomendamos viajar por China en tren desde Pekín hasta las altiplanicies del Tíbet y fascinarse con el Palacio de Potala; el Monasterio Jokhan; el Palacio Norbulingka, antigua residencia del Dalai Lama; o el Monasterio de Sera, donde residen un gran número de monjes budistas.

• La pureza de los valles se abandona, en cierta medida, en la ciudad de Biskek, aunque en su horizonte siguen manteniéndose como protagonistas los nevados Montes Kirguises. Se trata de una ciudad bastante moderna, originaria del siglo XIX, cuando fue erigida por los soviéticos, que destaca por sus museos, el carácter afable de su población (algo que se puede hacer extensible a todo el país) y la vida animada de sus calles. La ciudad es bastante bonita así que el viajero no deberá perder la oportunidad de recorrerla a fondo.

• Perfectamente conectada con Pekín y con otras localizaciones del país, es totalmente aconsejable visitar en un viaje a China la fascinante ciudad de Xi’an. Allí podremos visitar con algo de suerte si acudimos a primera hora y así evitamos las temibles colas que se forman, el ejército de guerreros de terracota. El Barrio Musulmán o la Gran Mezquita son también muy interesantes.
• Si hablamos de naturaleza, aunque hay muchos puntos de interés a lo largo y ancho de todo el país, podemos destacar dos pequeños pueblos que deberíamos visitar sí o sí en todo viaje a China. Guilin y Yangshuo son dos preciosas localidades encajadas entre montañas de origen kárstico que inspiraron en su día al creador de Bola de Dragón en su ‘opening’ tan famoso. El entorno es envidiable y se podrá admirar perfectamente desde algunos de los miradores existentes entre Yangshuo y Xingping (imprescindible el de la Xianggong Mountain). La mejor forma de recorrer esta zona será con una moto eléctrica: sin duda, una de las experiencias más maravillosas que vivirás en tu viaje a China.