Tracia, Marmara y Estambul (verano)

Tracia, Marmara y Estambul (verano) De los senderos entre montaña y mar a los pueblos y ciudades de leyenda (Nivel fácil) Tracia, Mármara… sus nombres nos evocan un pasado lleno de historia y leyenda. Repartida entre Turquía, Bulgaria y Grecia, Tracia y Mármara se sitúan en un cruce de caminos entre Oriente y Occidente. Aquí se ha escrito gran parte de la historia de la Humanidad. Nuestro itinerario se centra en la Tracia turca y en la región de Mármara. Pero, como gran sorpresa no sólo vamos a tener un increíble encuentro con la historia, también descubriremos impresionantes espacios naturales declarados Parques Nacionales como las Montañas de Ulu Dag en donde caminaremos y haremos excursiones a través de bosques de abetos, de hayas, entre lagos, valles y aldeas de montaña impensables en este rincón oriental. El Parque Nacional Kuscenneti, llamado el “Paraíso de las Aves”, a orillas del lago Kus, una de las grandes reservas de avifauna del mundo. Conoceremos Bursa, la “ciudad verde”, a los pies del Monte Olimpo, que fue la primera capital del Imperio Otomano. Aquí se han conservado Mezquitas, Hammanes, Mercados y barrios medievales en un paisaje modelado por las montañas. Después nos espera Iznik, situada junto al lago del mismo nombre. Antigua gloria del Imperio Bizantino y cuna de las cerámicas más hermosas que jamás se hicieran en oriente. Al final, nos espera Estambul. Una de las capitales del mundo, una ciudad siempre viva y radiante. En estos días no sólo vamos a conocer el “Cuerno de Oro” y las maravillas del esplendor Otomano. Vamos a buscar también la “otra” Estambul, la del afamado escritor Orham Pamuk, la de las callejuelas perdidas entre barrios medievales, la de los bazares perdidos, la de la música de vanguardia…, En un barco privado recorreremos el Bósforo deteniéndonos en pueblos de pescadores como Beykoz o conociendo las tradicionales “Yalis” de Yenikoy. En fin, unos días para descubrir un mundo siempre apasionante, degustar la excelente cocina turca, las delicias del mar o de la montaña, los puestos humeantes, los excelentes dulces, el té de manzana o los exquisitos vinos bañados por vientos y mares de leyenda.